“No creo en los psicólogos”

“No creo en los psicólogos”

Cuántas veces hemos oído: “Yo es que no creo en los psicólogos”. Seguro que alguna vez, pero en muy pocas ocasiones oímos¨:No creo en los arquitectos, en los ingenieros o en los matemáticos”. La Psicología es una ciencia de igual manera que lo es la arquitectura, la ingeniería o las matemáticas. No es una cuestión de fe o creencias.

Cuando oigo este tipo de comentarios me hace reflexionar sobre cómo nos mostramos los psicólogos a la sociedad y qué servicio estamos  ofreciendo  a las personas, a las familias, y a  colectivos específicos.

No quiero describir el servicio y la ayuda que ofrecemos los psicólogos, sobre esto hay mucho escrito, con fundamentos empíricos y científicos. Sin embargo, si quiero escuchar y entender a muchos de los que dicen “no creo en los psicólogos”, ¿qué les ha pasado para que hagan esta afirmación?

Cuando los escucho me doy cuenta que por una parte, algunos psicólogos se han subido al carro de la moda de la inmediatez en los resultados, ofertando que con unas pocas sesiones sabrás liderar tu vida, adiós a las penas y a las angustias, podrás ser tú mismo. Y, por otro lado, existe una forma de ver la vida en nuestra sociedad, cada vez más generalizada, en la que cuando tengo problemas acudo a alguien a que me los resuelva, mi problema lo deposito en otro en vez de asumir que, únicamente nosotros, somos los responsables del timón de nuestra vida y de elegir cómo queremos afrontarla, aunque en ocasiones no sepamos cómo.

Es inevitable que en algún momento nos sintamos abatidos, que no sepamos cómo hacer ante problemas serios, nos bloqueemos ante una decisión que debemos tomar, estemos profundamente desilusionados, con mucho miedo ante las incertidumbres, con mucha ansiedad e incluso con muchas ganas de hacer un gran cambio y no saber cómo. Esto en sí mismo forma parte de vivir la vida.

Pero cuando a esto se añaden otros ingredientes como una tristeza profunda, ninguna confianza en nosotros mismos, pánico al futuro, nos sentimos muy perdidos en manejar situaciones cotidianas y no encontramos sentido a nuestra vida y, esto perdura en el tiempo y nos impide sentirnos con una suficiente paz interior y seguridad en nosotros mismos, es el momento de buscar una guía y un apoyo profesional para poder conseguir una estabilidad y crecer personalmente.

El ser humano tiene un gran potencial y capacidades internas para superar las dificultades y obstáculos que presenta la vida pero en ocasiones no puede hacerlo solo. Con el apoyo de un psicoterapeuta el camino para el crecimiento, el equilibrio interior, la madurez y ser el timón de nuestra vida será más sólido.

Cada uno de nosotros somos los únicos responsables de nuestra vida. Somos responsables en estancarnos en un punto o en avanzar, responsables de nuestras decisiones, responsables en cómo hacer para sentirnos mejor, responsables en conseguir nuestra madurez  y sentirnos más dueños de nuestras vidas y decisiones.

La psicoterapia ofrece un camino no de fe o de creencias, sino de trabajo conjunto con el paciente, le acompañamos en una etapa que puede estar siendo muy dura para él pero que ha decidido que quiere sentirse mejor, crecer personalmente.

Como psicoterapeuta estoy con mi paciente, le escucho, le acepto, no le juzgo y voy alumbrando zonas en ese camino para que pueda ir rescatando sus propios recursos internos que le permitan abordar su vida de manera más positiva, con mayor confianza y sentirse más fuerte interiormente.